HABLAR DEL SILENCIO: una paradoja necesaria, por Patrícia Soley-Beltran

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HABLAR DEL SILENCIO es una paradoja necesaria. En Hablar del silencio nos hemos adentrado en los vacíos cotidianos, donde la normalidad deja espacio a la exploración sincera. Durante dos años, les hemos ofrecido una perspectiva transversal e interdisciplinaria desde la que interrogar nuestra realidad. Desde la ausencia social deliberada, identificada por el antropólogo David Le Breton en personas de diferentes culturas que se niegan a construirse como sujetos, a las fuerzas silentes de la naturaleza, exploradas en profundidad por la pensadora Sara Maitland, hemos visitado diversas formas de silencio.

En nuestro primer año, escuchamos también a Fray Ignacio de la Palabra hablar del silencio como vía transcendente en el desierto carmelita y a la estudiosa de la pragmática Rosa Mateu Serra desvelar el papel del silencio en la comunicación humana. Mar Gallego, periodista especializada en género, analizó tres protagonistas fílmicas que adoptan el mutismo como forma de protesta contra la impostación de una feminidad que les es ajena y nos propuso un arriesgado taller para desmontar nuestra propia impostación, con originales técnicas como la “repepresentación” o la “máscara en tres minutos”. Andrea Zarza y José Luis Espejo, especialistas en estudios sonoros, nos ayudaron a comprender el sonido como modo de posicionarse en el espacio público. El historiador británico, Gilles Tremlett puso voz a esos muertos tan vivos de la guerra civil española y al dolor soterrado que tanto cuesta redimir.

Inocencio Arias inauguró el segundo año tratando del secreto en diplomacia, mientras que Victoria Cirlot conectó el silencio en las artes visuales y la poesía. Erling Kagge, nos hizo viajar a través del silencio exterior, interior y visual que experimentó en su travesía del Polo Norte, relacionándolo con la filosofía y la experiencia de lo inefable. Una enfermedad pasajera obró el silencio sobre la garganta de Clara Janés, la escritora y académica de la RAE, que tuvo de cancelar su esperada intervención. Sonia Ruiz García dio visibilidad a labores que nunca cuentan: los trabajos silenciados de las mujeres, que cual hadas, sostienen la sociedad. Antonio Basanta, un entusiasta de las palabras, puso la última del ciclo exponiendo cómo las “criaturas de intemperie” que somos recurrimos al mito oral y a la escritura para dotar de sentido a nuestra realidad, otrora tácita.

Tan variadas e inusuales fueron las enseñanzas recibidas, como bellas las palabras pronunciadas. Muchas gracias por acompañarnos. El ciclo llega a su fin. Ahora, como dice Hamlet, “lo demás es silencio”.

Shhh.



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