El mesías de las plantas. Una conversación con el jardinero más famoso del mundo. Con Carlos Magdalena en diálogo con Héctor Márquez

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A Usain Bolt le llamaban el rayo humano y, viendo su trayectoria, no parecía una exageración. Cuando a alguien le ponen el apodo de El mesías de las Plantas se nos encienden todos los detectores de hipérboles. Pero en el caso de Carlos Magdalena tiene sentido. Este jardinero nacido en Gijón hace 49 años es el responsable de los invernaderos del vivero tropical del Real Jardín Botánico de Kew, en Londres, el Jardín Botánico más prestigioso del mundo. Este horticultor botánico autodidacta y entusiasta dedica su vida a salvar y conservar plantas en peligro de extinción. En su sección en los jardines de Kew se cuidan 7.000 especies de plantas en cautividad, de las cuales 300 ya han desaparecido del entorno natural. En Kew luchan contra la propagación de enfermedades, congelan billones de semillas de 35.000 especies, y gestionan el mayor banco de ADN y tejidos de plantas salvajes del mundo.

Es uno de los pocos botánicos especializados en conservación. Su primer trabajo de devolver una planta a la vida consistió en hacer crecer un fruto a partir del último árbol de café marrón que quedaba vivo en la isla Rodrigues de Mauricio. Luego han venido muchos más. Cada cual más complicado que el anterior. Asegura que existen cerca de 80.000 plantas en peligro de extinción en el mundo, “así que somos demasiado pocos los que nos dedicamos a ello, teniendo en cuenta todo lo que queda por hacer. Eso queda claro”. Su capacidad comunicativa, sus logros botánicos y su temperamento jovial le llevaron a que, en 2012, David Attenborough popularizara en el programa de la BBC Kingdom of Plants el apodo que un periodista español le había puesto: el mesías de las plantas. Cinco años más tarde, la editorial británica Penguin Books lo llevó a la fama mundial cuando publicó el libro “El Mesías de las plantas. Aventuras en busca de las plantas más extraordinarias del mundo”. Allí relataba sus aventuras botánicas por medio mundo en un lenguaje sencillo y atractivo. Pero ese exotismo viajero de Carlos no tiene nada que ver con el de los viajeros románticos: siempre lo hace por una razón conservacionista. “A veces necesito coger plantas en estado salvaje, y para ello tengo que ir a buscarlas a zonas muy remotas. En otras ocasiones traemos semillas o especies de otros jardines botánicos, y otras veces viajo para asistir a un congreso o dar una conferencia”, añade.

Admite que es una especie de sexólogo de plantas. Consiguió hacer crecer un fruto a partir del último árbol de café marrón que quedaba vivo en la isla Rodrigues de Mauricio y ese logro le permitió entrar como becario en los jardines de Kew. Luego consiguió en ocho meses lo que sus colegas llevaban 20 años intentando sin éxito: salvar de la extinción a la Ramosmania logrando su reproducción por semillas. O hacer lo propio con el nenúfar enano ugandés, una planta acuática por la que siente predilección

En esta conversación entre Carlos Magdalena y Héctor Márquez vamos a intentar que su entusiasmo traspase las redes para que todos puedan conocer y apoyar el verdadero sentido de su trabajo: involucrar al mayor número posible de personas en la lucha por la biodiversidad y que la gente sepa hasta qué punto necesitamos las plantas y se alegre cada vez que logramos salvar una planta en peligro de extinción. Y seguir su principal consejo: poder ver siempre a la Naturaleza con los ojos de un niño.

 

Retrato Carlos MagdalenaCarlos Magdalena (Gijón, 1972), jardinero, horticultor, escritor, botánico y responsable de los invernaderos del vivero tropical del Real Jardín Botánico de Kew de Londres ha seguido una trayectoria poco habitual para llegar hasta donde está hoy. Creció en Asturias, y ya de niño le apasionaban las plantas y los animales. Su madre trabajaba como florista y dicen que propagó su primer kiwi con tan solo 10 años. Aunque devoraba enciclopedias, enseguida se dio cuenta de que los estudios no eran lo suyo y se dedicó a hacer trabajos de todo tipo, porque era muy manitas. Al cumplir los 30 años, se fue a Londres, donde empezó trabajando como camarero y ayudante de jardinero en un hotel. Más tarde, descubrió los jardines de Kew. Para poder trabajar allí necesitaba un diploma en Botánica, Psicología de las plantas o Genética. Decidió enviar una solicitud a la Escuela de horticultura del jardín botánico. Le aceptaron como estudiante en prácticas. Hoy ya es el responsable de sus invernaderos tropicales y el mayor recuperador de especies botánicas en extinción del planeta. La publicación en 2017 del libro “El Mesías de las plantas. Aventuras en busca de las plantas más extraordinarias del mundo” le dio a conocer en todo el mundo y actualmente es una celebridad. Campechano, optimista, paciente, divertido, entusiasta y dinámico siempre se ha mostrado muy activo por las redes sociales.

en la imagen aparece el retrato de Héctor MárquezHéctor Márquez de la Plaza (París, 1963) es periodista, escritor y gestor cultural. En su juventud participa como actor y director en producciones teatrales y protagoniza la serie musical infantil La fuga del Tiempo (Canal Sur TV). Como periodista, entrevistador y cronista de cultura, crítico y especialista en música, literatura, comic, cine, teatro o artes plásticas, o columnista de opinión, colabora en medios como El País, Diario Sur, Canal Sur, Rolling Stone, Tentaciones, EfeEme, Cáñamo o Patio de Butacas. Programador musical en varios teatros andaluces, guionista de las galas del Festival de Cine de Málaga y jefe de prensa durante 15 años del Colegio de Arquitectos de Málaga, dirige la productora El Pez Doble desde donde crea el formato La Música Contada® que durante una década reunió a cerca de 200 músicos para contar y cantar en directo las relaciones entre música y biografía emocional. Escribió́ el libro de periodismo literario Rutas y Atajos. Especializado también en actividades sobre medio ambiente, mundo vegetal y salud y alimentación natural, coordina actualmente proyectos culturales como Aula Savia o Planeta Verde.



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