‘Desaparecer de sí: una tentación contemporánea’, con David Le Breton.

Debates/Conferencias, Hablar del silencio

Entrada libre hasta completar aforo.

Sala 001

 

Un proverbio japonés afirma: “La palabra es plata pero el silencio es oro”. Si el silencio es oro, romperlo hablando quizás sea la paradoja más necesaria. En este nuevo ciclo coordinado por la Doctora en Sociología, investigadora, divulgadora y premio Anagrama de ensayo Patrícia Soley-Beltran se tratará del silencio como perspectiva transversal desde la que reflexionar sobre esferas vitales tan diversas la identidad, la religión, la espiritualidad, la comunicación humana, los traumas personales o las narrativas históricas. Las diferentes conferencias irán a cargo de destacados autores especializados, como David Le Breton, Fray Ignacio de la Palabra o Sara Maitland, entre otros. Los talleres prácticos nos permitirán hacer nuestros los contenidos con el objetivo de contribuir a la comprensión de la realidad y la evolución de la propia consciencia.

David Le Breton (1953) es uno de los antropólogos contemporáneos más reconocidos y fértiles. Doctor en Sociología de la Universidad París VII y miembro del Instituto Universitario de Francia. Profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ciencias Humanas Marc Bloch de Estrasburgo, ha escrito innumerables artículos y colaboraciones, y más de 20 libros en relación a la temática del cuerpo humano y su construcción social y cultural. Algunas de sus obras han sido traducidas al español: Antropología del Cuerpo y Modernidad; La Sociología del Cuerpo; Antropología del Dolor; Las Pasiones Ordinarias. Antropología de las Emociones o Adiós al Cuerpo. Pero en esta ocasión nos vamos a centrar en otras de sus obras capitales, la ya clásica, El silencio y la muy recientemente traducida por Siruela, Elogio del  caminar. En ambas obras ofrece una apuesta y una vía de resistencia a las imposiciones de estar y actuar contantemente tan propias de nuestra civilización contemporánea. Así dice esta última obra afirma que «caminar, en el contexto del mundo contemporáneo, podría suponer una forma de nostalgia o de resistencia. El vagar parece un anacronismo en un mundo en el que reina el hombre apresurado, un atajo en el ritmo desenfrenado de nuestras vidas, una manera adecuada de tomar distancia». El silencio -consciente y no obligado- también es otra de las sencillas armas que se han cargado de capacidad de resistencia para el ruido ensordecedor de nuestro tiempo, tan aterrado ante la posibilidad de que no esté sonando continuamente un cacareo de palabras sin sentido. Por eso, reivindicar el silencio en nuestros días se convierte en «algo provocador, contracultural, que contribuye a subvertir el vacuo conformismo y el efecto disolvente del ruido incesante. El silencio puede asumir entonces una función reparadora, eminente terapéutica, y venir a alimentar la palabra del discurso inteligente y la escucha atenta del mundo».



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